DONACIONES PARA EL MANTENIMIENTO DE LA PÁGINA

MAPA DE VISITAS

miércoles, 9 de mayo de 2012

LA POESÍA EN LA EDAD MEDIA


Primeras manifestaciones poéticas: las jarchas
Las primeras manifestaciones escritas de la literatura peninsular son las jarchas, aunque no están escritas en castellano sino en mozárabe (la lengua que hablaban los cristianos residentes en la zona conquistada por los árabes. Surgen en el siglo X y son pequeñas composiciones líricas cantadas y anónimas cuyos temas fundamentales eran el amor y la naturaleza.

La poesía épica: el Mester de juglaría
Las primeras manifestaciones escritas que hemos conservado de la literatura castellana o española son poemas épicos narrativos y anónimos. No se trata, por tanto, del género épico o narrativo tal y como lo conocemos hoy en día sino más bien de poesía narrativa de asunto bélico o heroico y de carácter novelesco.

Los Cantares de gesta
Así se llamaban los poemas épicos medievales que se agrupan bajo el nombre genérico de Mester de juglaría (oficio de juglares). Tenían una métrica irregular (los versos se organizaban en tiradas de un número variable de versos de diferente medida y rima) y contaban las hazañas bélicas de los héroes de la época. Eran anónimos pues el anonimato era una tendencia lógica en los comienzos de la literatura castellana: la conciencia de autor no existía porque la literatura respondía a una finalidad social, popular, y no a los intereses individuales del autor que normalmente era un clérigo o alguien vinculado a la clerecía y prefería quedar en el anonimato.
Los cantares de gesta eran transmitidos oralmente por los juglares, personas semicultas procedentes del pueblo, que recorrían las aldeas y ciudades recitándolos con el fin de ganar algún sustento para sobrevivir. La literatura, pues, era en sus comienzos un espectáculo, quizás el único espectáculo o diversión para el pueblo, que acudía en masa a los recitales juglarescos. La recitación de poemas-que solía estar acompañada de música-era una parte más del repertorio de los juglares, que comprendía además otros espectáculos como juegos malabares, equilibrismo, escenas cómicas, etc.
La conservación de los poemas de gesta en una época tan oscura como la medieval, se debe en gran parte a la labor de los juglares, pues muchos de ellos escribieron los poemas que recitaban de memoria, y así han llegado hasta nuestros días gracias a otros autores posteriores que los copiaron y conservaron. Pero en la mayoría de los casos el juglar participaba simultáneamente en el proceso de creación del poema de gesta pues normalmente lo recogía, lo recitaba constantemente y, con el paso del tiempo, lo retocaba a su gusto, teniendo muy en cuenta también el gusto del público. El poema más antiguo conservado es el Cantar del Mío Cid, fechado hacia 1140 pero sabemos por las crónicas y otras referencias medievales que se cantaban otros muchos poemas ya desde el siglo X en adelante.
El Cantar del Mío Cid es el único poema conservado en su estado original, en verso, y casi completo (sólo le faltan dos páginas). Narra las hazañas protagonizadas por los héroes castellanos, al frente de los cuales está el propio Rodrigo Díaz, el Cid, personaje histórico muy conocido y apreciado en su época. Representa el espíritu belicoso y nacionalista de Castilla que, en esta época del siglo XII, está iniciando su hegemonía política y militar sobre el resto de los reinos peninsulares que lo conducirá a convertirse en el reino más poderoso durante los siglos XIV y XV. Hemos seleccionado el siguiente fragmento, en el que se narra de forma muy expresiva el fragor de la batalla:

Poesía narrativa: El Mester de Clerecía
En el siglo XIII surge en Castilla el primer gran movimiento literario culto de la Edad Media: el Mester de Clerecía. Se llama así porque los escritores que lo cultivaron eran “clérigos”, religiosos o personas vinculadas con la Iglesia. Es ahora cuando la conciencia de autor cobra ya importancia y nos encontramos con los primeros autores españoles de nombre conocido: Gonzalo de Berceo y Juan Ruíz, Arcipreste de Hita, que escriben obras de carácter religioso, didáctico-moral o incluso amorosas, dirigidas al pueblo con una intención didáctico moral y lúdica (enseñar y divertir a la vez). Todas estas obras está escritas con una métrica culta basada en la estrofa denominada cuaderna vía y con un lenguaje también culto, muy latinizado pero adaptado al pueblo con recursos literarios juglarescos (populares). No se trata de poesía lírica propiamente dicha pues más bien es poesía narrativa, aunque frecuentemente incluye elementos líricos.

Gonzalo de Berceo
Es el primer autor español de nombre conocido. Vivió a mediados del siglo XIII y escribió obras de carácter religioso y otras de carácter histórico. Su obra más conocida es "Los milagros de Nuestra Señora", colección de milagros que representan la fuerte tradición mariana que se desarrolló durante la Edad Media.
También escribió otras obras de tipo religioso (vidas de santos): "Vida de San Millán de la Cogolla" y "Vida de Santa Oria". Además se le atribuyen otras obras anónimas del Mester de Clerecía.

Juan Ruíz, Arcipreste de Hita
Fue otro clérigo medieval pero-a diferencia de Berceo-tuvo una visión realista y crítica del mundo que le rodeaba, por lo que se convirtió en un hombre adelantado a su época. Su obra, El libro del Buen amor es una de las mejores que se escribieron en la Edad Media y, como buena obra de clerecía, su intención es moralizadora, pero además en ella se incluyen ya algunas ideas de la naciente mentalidad burguesa: el amor, el disfrute de la vida terrena, la crítica al clero corrupto, etc.. Está formada por un conjunto heterogéneo de elementos que abarca desde cuentos moralizadores como el que te presentamos a continuación, poesías líricas y otros elementos jocosos y satíricos. El humor es uno de los principales elementos del libro.

Lírica galaico-portuguesa
Paralelamente al triunfo en Castilla de la poesía narrativa didáctico-moral del Mester de Clerecía, se produce en Galicia el desarrollo de una floreciente poesía lírica culta de influencia francesa que no tendrá su equivalente en Castilla hasta el siglo XV, con la aparición de la lírica cortesana culta, que recibirá influencias de esta lírica galaico-portuguesa cuyos temas fundamentales son: el amor, la naturaleza y la sátira aunque también se dan otros temas nuevos: políticos, fúnebres, etc. Todas estas composiciones líricas responden a una métrica y a un estilo cultos.
El subgénero lírico más frecuente es la cantiga, composición culta de origen provenzal. Había tres tipos de cantigas:
-De amigo: son canciones de amor puestas en boca de una mujer enamorada que utiliza como confidente de sus amores a la naturaleza. Tienen un gran parecido con las populares jarchas mozárabes.
-De amor: son canciones de amor puestas en boca de un hombre enamorado; reciben muchas influencias de la lírica trovadoresca francesa.
-De escarnio o maldecir: son composiciones satíricas utilizadas para hablar mal de alguien y escarnecerlo.

Lírica cortesana del siglo XV
Durante el siglo XV se produce el nacimiento de la lírica culta castellana. También aparecen los primeros textos líricos populares, aunque la lírica popular es muy anterior, como veremos. La lírica culta se desarrolla en un ambiente cortesano, en los palacios y castillos de la nobleza, debido a las circunstancias históricas que habían producido una floreciente época de paz. Los escritores son trovadores: personas cultas pertenecientes a la nobleza inferior que componen sus propias obras y las recitan al público cortesano, generalmente acompañadas de música; se impone, pues, la figura del caballero-escritor (Marqués de Santillana, Jorge Manrique, etc...)
Como vemos, en esta época la literatura deja de ser patrimonio de los clérigos y empieza a ser considerada por la nobleza, que encuentra en ella un modo peculiar de divertimento y de expresión de sus inquietudes
La métrica empleada es también culta y regular, de influencia francesa. Algunos escritores cortesanos fueron muy conocidos en su época y aún hoy lo son, como por ejemplo: el Marqués de Santillana, Jorge Manrique y Juan de Mena; otros fueron menos conocidos pero sus obras fueron recogidas en los famosos Cancioneros, que recopilaron los poemas de infinidad de poetas cortesanos conocidos en su época, además de muchas composiciones anónimas cultas y populares como las Danzas de la muerte y los romances; los cancioneros más famosos fueron el Cancionero de Baena y el Cancionero de Palacio.
Existieron dos estilos poéticos bien diferenciados:
• Uno de influencia tradicional castellana, de temas amorosos y satíricos, en versos cortos (arte menor).
• Otro de influencia italiana (alegórico-dantesca), de temas morales y espirituales, en versos largos (arte mayor).
Lo cierto es que casi todos los poetas utilizaron ambos estilos para componer sus obras, aunque cada uno destacó en un estilo determinado. Como muestra de esta lírica hemos seleccionado los siguientes autores y obras:

El Marqués de Santillana
Se caracterizó fundamentalmente por combinar en su obra las dos tendencias poéticas anteriormente citadas y por recibir muchas influencias de la poesía popular que se cantaba en la época. Como ejemplo de este interés suyo por lo popular, escribió sus famosas Serranillas, que eran composiciones líricas de origen popular, en verso corto y de tema tradicional castellano. En ellas, el poeta reproduce el encuentro entre un caballero y una bella serrana en el campo.

Jorge Manrique
Fue otro de los poetas cortesanos más conocidos de su época. Hombre de armas y de letras-como el Marqués de Santillana-supo dar forma culta en su obra a los temas tradicionales castellanos. Escribió muchas poesías menores pero su mejor obra fue las Coplas a la muerte de su padre, compuesta en metros cortos típicos de la tradición castellana, las coplas de pie quebrado. El tema-la muerte-, sin embargo, es de naturaleza alegórico-moral y había calado muy hondo en la sociedad española del siglo XV; por ello, esta obra tuvo mucho éxito. Toda la obra es un canto doloroso a la muerte de su padre y un razonamiento acerca del fenómeno de la muerte con constantes alusiones a la antigüedad grecolatina y a la tradición castellana. Hemos seleccionado el siguiente fragmento:

Juan de Mena
Fue el más culto de los poetas cortesanos. Su mejor obra, El laberinto de la Fortuna, está escrita en versos largos y responde al estilo poético alegórico-dantesco de influencia italiana. Trata de temas morales y espirituales con afán moralizador.

Lírica tradicional castellana
Las primeras muestras de la lírica tradicional castellana aparecen escritas en el siglo XV, formando parte de los Cancioneros o incluidas dentro de la obra de algunos autores cultos de la época que las recogieron de la tradición oral, impresionados por su gran belleza. Pero esta lírica popular existía en la tradición oral muchísimo tiempo antes, probablemente desde el siglo X, coincidiendo con el nacimiento de las jarchas mozárabes. Se transmitía oralmente, de generación en generación, y era anónima puesto que pertenecía al pueblo en su conjunto, el cual la cantaba y la transmitía, participando así en su creación. Por eso, ningún autor culto medieval, excepto Berceo (que recogió un canto de vela medieval en su obra Planto que fizo la Virgen el día de la pasión de su Fijo del siglo XIII, el cual era cantado por los campesinos mientras velaban las aldeas y las cosechas durante la noche), incluyó estas manifestaciones literarias en su obra puesto que eran consideradas vulgares, propias del vulgo.
En el siglo XV se produce un cambio de mentalidad poética que provoca el interés de los escritores cultos por la lírica tradicional y gracias a ello se salvaron del olvido todos estos tesoros de la poesía tradicional, los cuales además alcanzaron una cierta dignidad poética al ser incluidos junto a las composiciones cultas de los autores más significativos. Como muestras de la lírica tradicional castellana hemos seleccionado los siguientes textos:
  • Maya: canción de alabanza de la primavera.
  • Albada: composición provenzal de tipo amoroso (la llegada del alba separa a los amantes). 
  • Canción de trabajo: canción cantada mientras se trabajaba en el campo.
  • Canciones tradicionales de amor: canción amorosa.
  • Canción satírica: canción jocosa y alegre.
  • Planto tradicional: composición triste por la muerte de alguien.
El Romancero
Durante el siglo XV se produce también el desarrollo del Romancero, que fue un hecho capital para la Historia de la Literatura española. El romance es una composición poética de extensión variable formada por una serie de versos octosílabos que riman en asonante los pares y quedan sueltos los impares. Los primeros romances surgieron ya en el siglo XIV al desgajarse de los Cantares de Gesta: los juglares seleccionaban las partes más interesantes del Cantar de Gesta y con ellas formaban pequeñas composiciones, fáciles de recordar y difundir, partiendo en dos mitades los largos versos épicos. Posteriormente, el pueblo cantaba oralmente estos romances hasta que los autores cultos del siglo XV los recogieron de la tradición oral y los incluyeron también-junto con la lírica tradicional-en sus obras.
Así pues, en los Cancioneros aparecen ya escritos muchos romances anónimos, que forman el llamado Romancero Viejo. A partir del siglo XVI, muchos autores cultos como Góngora o Lope de Vega cultivaron este género debido a su gran raigambre popular, incorporando nuevos temas y recursos literarios cultos; así nació el llamado Romancero Nuevo. El género ha evolucionado a lo largo de los siglos y se ha mantenido hasta nuestros días.
En cuanto a la técnica de composición del romance destacan: las estructuras paralelísticas o repetitivas, la inclusión de diálogos en estilo directo y la utilización frecuente de arcaísmos léxicos y sintácticos.
El Romancero Viejo comprende muchos tipos de romances, como veremos:
Históricos: aluden a hechos o personajes históri¬cos y legendarios de los primeros siglos de la Reconquista:
Líricos: expresan sentimientos amorosos o melancólicos. Se desarrollan en torno a la poetización del amor y de la naturaleza, como este famoso Romance del prisionero.
Fronterizos: se refieren a las luchas fronterizas entre moros y cristianos en el último periodo de la Reconquista.
Novelescos: sus temas son amorosos y sentimentales. El ambiente en el que se desarrollan es corte¬sano y caballeresco. Suelen re-producir conversaciones amorosas.





EL DISCURSO LITERARIO



El concepto de literatura. La Literatura como medio de expresión comunicación y conocimiento


En primer lugar diremos que la literatura es un arte hecho con palabras y, como tal, su finalidad última es la creación de belleza: la función fundamental de la lengua literaria es conseguir belleza y expresividad mediante un lenguaje peculiar alejado del uso corriente, meramente comunicativo, de la lengua. Del mismo modo, la literatura es también una manifestación cultural, social e histórica relacionada directamente con la sociedad en la que surge y se desarrolla.

La literatura es, pues, un fenómeno artístico procedente del espíritu sensible humano y una manifestación sociocultural.

La Literatura también es un medio de expresión personal, humano. Además, el fenómeno literario es algo mucho más importante pues la literatura está directamente relacionada con la sociedad, con la Historia y con la cultura en general. La obra literaria expresa y transmite, además de belleza, todo un conjunto de creencias, tradiciones, impresiones y gustos sociales: los grandes escritores han sido considerados como intérpretes de la Humanidad, del mundo y de la propia existencia humana.

Del mismo modo, la literatura es también comunicación lingüística-en el más puro sentido de la palabra

Así pues, podemos concebir la literatura como un producto artístico y al mismo tiempo un producto social, como un medio de expresión y comunicación entre el hombre y el mundo y como un modo de conocimiento.


El texto literario

El texto literario es, pues, en una de las mejores manifestaciones de la lengua escrita por su gran corrección gramatical y su indiscutible perdurabilidad en el tiempo, que lo convierten en un material artístico y lingüístico susceptible de ser estudiado en cualquier momento. A continuación señalamos algunas de las características más importantes de los textos literarios:

• Están estructurados en párrafos, cada uno de los cuales contiene una idea principal o secundaria para el significado general del texto.

• Cada párrafo se divide en oraciones que, generalmente, son largas y elaboradas de modo que en cada una de ellas se desglosa la idea general del párrafo. Los textos literarios transmiten, por tanto, mucha información.

• Todo texto literario está relacionado con un contexto sociocultural en el que surge y se desarrolla: El contexto es el conjunto de circunstancias socio-culturales que rodean al texto e influyen en él, es decir, la tradición socio-cultural e histórica que envuelve a una comunidad de hablantes (un país, una región, una ciudad...).

• Suelen contener una mayor cantidad de adjetivos (que embellecen el texto), determinantes (que actualizan y concretan el significado de los sustantivos) y nexos cuya función es la unir convenientemente las ideas contenidas en las oraciones.

• Se caracterizan por su gran coherencia, cohesión, adecuación, corrección gramatical y disposición en el espacio. El conjunto de elementos lingüísticos que componen un texto es un todo organizado que responde a una estructura, la estructura interna del texto; si esto no fuera así, el texto carecería de sentido. Las unidades lingüísticas textuales se organizan relacionándose y agrupándose las unas con las otras. Los procedimientos que rigen las relaciones entre los diferentes elementos textuales y que configuran la estructura del texto son los siguientes:

1. Adecuación: permite al autor escoger entre la variedad (dialectal/estándar) y el registro (general/específico, formal/familiar, objetivo/subjetivo) adecuado para cada situación.

2. Coherencia: permite al autor escoger la información relevante-eliminando la no relevante-y saber estructurarla.

3. Cohesión: permite al autor conectar las distintas frases que forman el texto de modo que todos los párrafos y frases estén conectados entre sí y no parezcan elementos independientes. Los procedimientos de cohesión son:

-Repetición de palabras y significados (sinónimos)

-Empleo de pronombres y determinantes

-Empleo de nexos y partículas relacionantes.

-Utilización de adverbios de tiempo, lugar, modo, etc.

-Otros elementos de cohesión podrían ser: la puntuación y la concordancia.

4. Corrección gramatical: el autor conoce las reglas gramaticales de la lengua en todos sus niveles (fónico, ortográfico, morfosintáctico, léxico-semántico) las cuales le permiten construir oraciones aceptables (correctas). También le permite el conocimiento de la correspondencia sonido/letra y la concordancia.

5. Disposición en el espacio: el autor conoce también las técnicas de presentación de escritos (márgenes, sangrados, títulos, subrayados, etc).


La Lírica

Por medio de la lírica, el autor expresa directamente sus sentimientos y emociones. Domina en ella la función expresiva del lenguaje. Los textos líricos se construyen con arreglo a una métrica determinada y poseen un ritmo poético que les viene dado por la repetición de los versos, las estrofas, la rima, el tono, el acento y el encabalgamiento. También existen textos líricos en prosa, es la llamada “prosa poética”. Tradicionalmente se han distinguido tres géneros líricos fundamentales: la poesía lírica, que expresa los sentimientos del autor; la poesía épica, que expresa hazañas bélicas o guerreras (épica medieval) y la poesía dramática, que expresa conflictos dramáticos en la obras teatrales en verso (comedia Barroca y drama romántico).

Los géneros líricos son, en esencia, los siguientes:

Géneros líricos mayores:

• El himno:

• La oda

• La elegía:

• La Canción amorosa:

Géneros líricos menores:

• El madrigal:

• La anacreóntica:

• La égloga:

• La sátira:

• La epístola:

• El epigrama:.


La épica.

Por medio de la épica el autor expresa. con mayor o menor objetividad hechos y circunstancias del mundo real o figurado. En ella domina la función representativa del lenguaje. Los textos épicos o narrativos se construyen con arreglo a un argumento o acción que desarrollan unos personajes en un espacio y en un tiempo concretos. En algunos es frecuente encontrar elementos líricos fundamentalmente en las descripciones (Baroja y Azorín). Están escritos en prosa.

Los géneros narrativos son los siguientes:

Géneros épicos mayores:

• La novela: Surgió en el Siglo XV y se ha desarrollado constantemente hasta nuestros días; es por ello que existen muchos tipos de novela: Novela de aventuras: Novela bizantina: Novela costumbrista: Novela histórica: Novela pastoril: Novela realista: Novela existencial y psicológica: Novela policíaca:

• La epopeya:

Géneros épicos menores:

• El cuento

• La leyenda:

• El artículo de costumbres:

La dramática

El género dramático expresa también acciones pero, a diferencia de la lírica y de la épica, las representa, es decir, hace que aparezcan desarrollándose ante los ojos del público mediante un simulacro realizado por los actores. Los textos dramáticos están escritos en prosa o verso y en ellos domina la función apelativa del lenguaje; se basan en el diálogo expresivo mantenido por los personajes. El autor no actúa como narrador sino que se limita a indicar los lugares, situaciones y ambientes por medio de las llamadas “acotaciones” y deja total libertad a sus personajes y al desarrollo de la acción.

Debemos tener también muy en cuenta que el teatro no es sólo una creación literaria sino que además es un espectáculo y como tal está concebido para entretener y divertir a toda clase de públicos.

Géneros dramáticos mayores:

• La tragedia:

• La comedia:

• El drama:

Géneros dramáticos menores:

• Auto sacramental:

• Los Pasos:

• El entremés:

• El sainete:

miércoles, 25 de abril de 2012

EL TEATRO ESPAÑOL EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX


El teatro a principios del siglo XX

Las distintas tendencias del panorama teatral español en el primer tercio del siglo XX se reparten en dos frentes:

-El teatro que triunfa, continuador en gran parte del que imperaba en la segunda mitad del XIX. Se sitúan en esta línea:

a)La comedia burguesa de Benavente, en la que hay tolerables atisbos de crítica social.

b)El teatro en verso, neorromántico y con las adquisiciones formales del Modernismo, de orientación ideológica tradicionalista (Villaespesa y Marquina).

c)El teatro cómico, en el que predomina un costumbrismo igualmente tradicional (Arniches, los Álvarez Quintero).

-El teatro innovador que aporta nuevas formas y enfoques ideológicos:

a)Las experiencias teatrales de algunos noventayochistas como Unamuno y Azorín o de un escritor coetáneo como Jacinto Grau y el caso especial de Valle-Inclán y el esperpento.

b)Más tarde, se producen nuevos impulsos renovadores a causa de las Vanguardias y la Generación del 27 (García Lorca)


El teatro que triunfa

Jacinto Benavente

Llamó por primera vez la atención con una obra crítica, Cartas de mujeres (1893) y una comedia, El nido ajeno (1894). Los arribistas, los ricos y las instituciones feudales son algunos de los temas atacados en sus obras. En 1922 recibió el Premio Nobel de Literatura. Posteriormente, viajó por toda América, representando sus obras con una compañía de teatro. Escribió numerosas comedias y tragedias, entre las que destacan Los intereses creados (1907), basada en la Commedia dell'arte, La malquerida (1913), y algunas obras infantiles. Murió en 1954. A continuación ofrecemos un texto perteneciente a su obra más conocida, Los intereses creados:

Carlos Arniches

Nació en Alicante el 12 de octubre de 1866. Fue un renovador del llamado género chico —a través de unas 300 obras, que abarcan sainetes, comedias y libretos de zarzuela. Su producción es ininterrumpida desde 1888 hasta el año de su muerte. Al menos 32 argumentos suyos han sido llevados al cine, por ejemplo La señorita de Trevélez, que dirigió Juan A. Bardem con el título Calle Mayor, en 1956, o Es mi hombre, dirigida por Rafael Gil, en 1965. La riqueza de la lengua popular madrileña, unida al humor, la ironía y el juego de palabras, es uno de los grandes méritos del dramaturgo, que ha merecido el minucioso estudio de Manuel Seco titulado Arniches y el habla de Madrid. Dentro de su abundante obra, vale la pena citar los llamados “sainetes rápidos”. Federico García Lorca decía: “Carlos Arniches es más poeta que casi todos los que escriben teatro en verso actualmente”; y Ramón Pérez de Ayala elogiaba el teatro de Arniches contra el convencionalismo estético de Jacinto Benavente. Murió en 1943 en Madrid.

Alejandro Casona

Se le suele enmarcar dentro de la corriente denominada "teatro poético", heredera del Modernismo. En 1934 recibió el premio de teatro Lope de Vega por su obra La sirena varada. De 1935 son las piezas Otra vez el diablo y Nuestra Natacha. En 1937 se va de España, se traslada a México, donde estrena en ese mismo año Prohibido suicidarse en primavera, y finalmente a Argentina, país en el que vivirá hasta 1963, año de su regreso a Madrid.


El teatro innovador

Valle Inclán

Fue el creador del esperpento, una técnica teatral que consistía en la deformación de la realidad con fines críticos. Luces de bohemia, su obra teatral de 1920, estableció una estética de la deformación, por medio de la que estiliza lo bajo, lo feo, con una especie de expresionismo gestual y caricaturesco que él mismo llama “del héroe reflejado en el espejo cóncavo” y que llamará esperpento y tiene antecedentes en Quevedo y Goya. Probablemente sea su obra teatral más lograda. Los cuernos de don Friolera, de 1921, y Las galas del difunto, 1926, inciden en esta estética, mientras que en Divinas palabras, de 1920, la virtud de la palabra sagrada se impone a las pasiones carnales en unos ambientes de pesadilla.

Valle Inclán es un escritor polifacético y original: militó en las filas del Modernismo y siempre se le ha relacionado con la Generación del 98, pero su gran imaginación creadora y su incansable espíritu renovador le proporcionaron un estilo muy personal. Sus “esperpentos” se convirtieron en un fenomenal modelo de teatro vanguardista por ser obras teatrales originalísimas que rompen con todo el teatro anterior: parten de una concepción antiburguesa del arte y se caracterizan por poseer un lenguaje provocativo e impactante y unos personajes deformados que se desenvuelven en situaciones grotescas. Por todo ello, esta nueva concepción del teatro no triunfó entre el público burgués de su época, debido también a las dificultades de representación que ofrecía.

Federico García Lorca

El teatro de Lorca es, junto al de Valle-Inclán, el más importante escrito en castellano durante el siglo XX. Se trata de un teatro renovador de una gama muy variada con símbolos o personajes fantásticos como la muerte y la Luna, lírico, en ocasiones, con un sentido profundo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida.

Entre sus farsas, escritas de 1921 a 1928, destacan Tragicomedia de don Cristóbal y Retablillo de don Cristóbal, piezas de guiñol, y sobre todo La zapatera prodigiosa, una obra de ambiente andaluz que enfrenta realidad e imaginación. También pertenece a la categoría de farsa Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. De 1930 y 1931 son los dramas calificados como “irrepresentables”, El público y Así que pasen cinco años, obras complejas con influencia del psicoanálisis, que ponen en escena el mismo hecho teatral, la revolución y la homosexualidad, a partir de un complejo sistema de correspondencias.

Las tragedias rurales son Bodas de sangre, de 1933, Yerma, de 1934, donde se aúnan mitología, mundos poéticos y realidad y La casa de Bernarda Alba, concluida en junio de 1936, y que la crítica suele considerar la obra fundamental de Lorca. En Doña Rosita la soltera, de 1935, aborda el problema de la solterona española, algo que también aparece en La casa de Bernarda Alba. Al comienzo de su carrera también había escrito dos dramas modernistas, El maleficio de la mariposa (1920) y Mariana Pineda (1927).

El mundo de García Lorca supone una capacidad creativa, poder de síntesis y facultad natural para captar, expresar y combinar la mayor suma de resonancias poéticas, sin esfuerzo aparente, y llegar a la perfección, no como resultado de una técnica conseguida con esfuerzo, sino casi de golpe. La variedad de formas y tonalidad resulta deslumbrante, con el amor, presentado en un sentido cósmico y pansexualista, la esterilidad, la infancia y la muerte como motivos fundamentales. Los símbolos como la luna, el río, la noche…son habituales en el teatro de Lorca y representan las obsesiones del autor: la muerte, la soledad, la opresión… La mujer y la opresión que sufría en su época es otro de los temas favoritos de Lorca: la mujer simboliza la lucha por la libertad y el enfrentamiento al poder opresor de la sociedad.

Rafael Alberti

Rafael Alberti, conocido fundamentalmente por su obra poética, también escribió obras de teatro innovadoras que merecen ser destacadas en este apartado. Dentro de la misma línea de carácter surrealista y político que marcó gran parte de su poesía, escribió algunas obras teatrales en la línea del teatro europeo moderno. Entre las más conocidas se encuentran El adefesio, de 1944, y, de 1956, Noche de guerra en el Museo del Prado, obras innovadoras que rompen con los esquemas del teatro clásico y que no tuvieron el merecido reconocimiento en su época aunque actualmente sí que están siendo estudiadas por su indudable valor técnico.

LA NOVELA ESPAÑOLA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX


LA NOVELA EN LA GENERACIÓN DEL 98

La Generación del 98 es un movimiento literario ensayístico y narrativo que se desarrolla paralelamente al Modernismo durante los primeros años del siglo XX. Supuso también una renovación de la técnica y del lenguaje narrativos y, sobre todo, en lo que se refiere a la finalidad social y cultural de la obra literaria: los noventayochistas pusieron su literatura al servicio de la sociedad, analizando los problemas sociales, el tema de España y las preocupaciones religiosas y existenciales en una época marcada históricamente por el desastre del 98 (la pérdida de las últimas colonias de ultramar) y la consiguiente crisis económica.

Se centraron igualmente en la evocación del paisaje castellano como reflejo del propio espíritu nacional y en el recuerdo de glorias pasadas.

El estilo noventayochista se caracterizó por su sencillez y equilibrio formal, por su elegancia y por su espíritu de selección lingüística, léxica, que se plasmó en la utilización de palabras muy expresivas: arcaísmos, cultismos y palabras tradicionales y terruñeras.

“Generación del 98” y Modernismo

No obstante, tendríamos que aclarar algo tan importante como la relación de La Generación del 98 con el Modernismo. En efecto, la Generación del 98 coincidió en el tiempo con el otro gran movimiento literario de principios de siglo, el Modernismo, movimiento este fundamentalmente poético, pero no por ello opuesto a ella pues ideológica y formalmente son bastante parecidos; son-como se ha dicho-las dos caras de una misma moneda-que sería la Generación de la Modernidad de principios de siglo-pues ambos se caracterizan por un mismo espíritu renovador, antirretórico y por la búsqueda de un estilo nuevo más creativo y estético que acabara con la pobreza literaria de los últimos años del siglo XIX, tras el agotamiento del Realismo. De hecho, es normal encontrar al mismo tiempo en un mismo escritor actitudes o ideas noventayochistas y modernistas como es en los casos de Antonio Machado o el propio Valle Inclán.

La juventud del 98

Azorín relacionaba el espíritu de protesta y de rebeldía de la Generación del 98 con el de los escritores llamados “regeneracionistas”. En sus comienzos, los noventayochistas se emparentaron con movimientos políticos revolucionarios, militando incluso en algunos partidos políticos revolucionarios o defendiendo las tesis del anarquismo más radical.

Los jóvenes escritores noventayochistas profesaban entonces ideas muy avanzadas y se consideraban intelectuales antiburgueses en la vanguardia ideológica de la pequeña burguesía reformista.

En 1901 se forma el “Grupo de los Tres”, integrado por Baroja, Azorín y Maeztu.

Creen que sólo la ciencia social puede dar un cauce al deseo de mejorar la vida de los más desfavorecidos y que la novela es un instrumento de transformación social.

Pero la realidad político-social hizo que la campaña de los Tres fue un fracaso y ello les condujo a un desengaño total. En suma, se inicia un giro hacia posturas netamente idealistas. Hacia 1905 seguirán viviendo la preocupación por España, pero ahora desde una actitud escéptica y contemplativa.

La madurez del 98

En 1910, cada autor se ha ido creando su propia personalidad y en los quince primeros años del siglo, pasado el radicalismo juvenil, se configura lo que siempre se consideró “mentalidad del 98”, y que corresponde exactamente a la madurez de los autores. Tal mentalidad ofrece el señalado idealismo, que se caracteriza por:

-Se intensifica la relación con las corrientes irracionalistas europeas (Nietzsche, Schopenhauer, Kierkegaard y otras formas de vitalismo, como la de Bergson).

-Adquieren especial importancia las preocupaciones existenciales. Las interrogaciones sobre el sentido de la vida, sobre el destino del hombre, etc.

-El tema de España se enfocará con tintes subjetivos; es decir, proyectando sobre la realidad española los anhelos y las angustias personales.

-La evocación del paisaje. Será este uno de los rasgos más característicos de la Generación del 98 porque los escritores se van a identificar plenamente con el paisaje castellano de tal forma que van a proyectar su estado de ánimo sobre él, sus anhelos, sus esperanzas, sus frustraciones. El paisaje de Castilla es el fiel reflejo del alma castellana, de glorias pasadas, de antiguos ideales que deben servir como modelos para el turbulento presente.

El estilo

Los autores del 98 contribuyeron poderosamente a la renovación literaria de principios de siglo. El Grupo del 98 aportará notables novedades en la lengua literaria: el sentido de la sobriedad, la fuerte voluntad antirretórica, la repulsa del prosaísmo y, por tanto, el exigente cuidado del estilo.

Otro rasgo común es el gusto por las palabras tradicionales y terruñeras (“las palabras inusitadas” según Azorín) debido a su amor por lo castizo.

El subjetivismo se convierte asimismo en un rasgo fundamental de la estética del 98. De ahí el lirismo que impregna muchas de sus páginas.

También deben señalarse las innovaciones en los géneros literarios: configuraron el ensayo moderno y la novela admitió profundas novedades técnicas (la pérdida de importancia de la acción), que superaron ya las formas realistas.

Nómina de autores noventayochistas

De entre los escritores noventayochistas destacamos los siguientes por considerarlos los más relevantes:

Miguel de Unamuno

Su filosofía impregna toda su producción. Formado intelectualmente en el racionalismo y en el positivismo, durante su juventud simpatizó con el socialismo y mostró su preocupación por la situación de España, siendo en un primer momento favorable a su europeización, aunque posteriormente adoptaría una postura más nacionalista.

Esta preocupación por España se manifiesta en sus ensayos recogidos en sus libros En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada como la esencia de España.

Más tarde, debido a una crisis espiritual, se dedicó a los temas religiosos y existenciales y escribió Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925).

Unamuno ha sido considerado como el padre de la Generación del 98. Cultivó todos los géneros con bastante maestría aunque destacó fundamentalmente en el ensayo. Su literatura es la más pura expresión de sus sentimientos personales y se centra en torno al tema religioso y existencial. Su estilo es culto, elegante y muy equilibrado.

Su narrativa comienza con Paz en la guerra (1897), donde desarrolla la “intrahistoria” galdosiana, y continúa con Niebla (1914) —que llamó nivola, en un intento de renovar las técnicas narrativas—, La tía Tula, y San Manuel Bueno, mártir (ambas de 1933).

Pío Baroja

Nació en San Sebastián y estudió Medicina en Madrid, ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida. Su primera novela fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el mismo año La casa de Aizgorri. Esta novela forma parte de la primera de las trilogías de Baroja, Tierra vasca, que también incluye El mayorazgo de Labraz (1903), una de sus novelas más admiradas, y Zalacaín el aventurero (1909). Con Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de perfección (1902) y Paradox Rey (1906).

La obra por la que se hizo más conocido fuera de España es la trilogía La lucha por la vida, una conmovedora descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905).

En 1911 publicó El árbol de la ciencia, posiblemente su novela más perfecta. Entre 1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la época de las Guerras carlistas.

Influido por la novela picaresca, Baroja eligió como protagonistas a marginados de la sociedad. Sus novelas están llenas de incidentes y personajes muy bien trazados, y destacan por la fluidez de sus diálogos y las descripciones impresionistas. Fue un maestro del retrato realista, en especial cuando se centra en su País Vasco natal.

En fin, Pío Baroja es uno de los mejores novelistas de la literatura española. Su técnica narrativa se ha convertido en todo un modelo literario a imitar. Él mismo definió la novela como “un género multiforme y proteico; un saco en el que cabe todo”. Escribió muchísimas novelas, en las que reflejó todo tipo de temas: filosóficos, existenciales, realistas, naturalistas, sentimentales, patrióticos, etc. Sus personajes poseen una gran psicología y están dotados de un gran vitalismo. Destacó en las descripciones de ambientes y personajes y, fundamentalmente, en el tratamiento de la acción novelística, que se convierte en un elemento fundamental de sus obras. Su estilo es sencillo, ágil, poético y, en ocasiones.

José Martínez Ruíz “Azorín”

El tema dominante de sus escritos es la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos. Obtuvo el reconocimiento de la crítica por sus ensayos, entre los que destacan El alma castellana (1900), Los pueblos (1904) y Castilla (1912). Se le conoce sobre todo por sus novelas autobiográficas La Voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). También destacó en la crítica literaria con textos como Los valores literarios (1913) y Al margen de los clásicos (1915).

Azorín es, sin duda, el escritor más representativo de la Generación del 98. En sus obras de juventud, como La voluntad, trató los temas existencialistas y político-sociales en la línea del Regeneracionismo de principios de siglo aunque siempre estuvo presente en su obra la evocación del paisaje, materializada en magistrales descripciones del paisaje castellano. Su estilo rápido y elegante, impresionista, se une a la gran riqueza de su vocabulario, enriquecido con gran cantidad de palabras tradicionales y embellecido con muchísimos adjetivos, como podemos apreciar en esta magnífica descripción:

Ramiro de Maeztu

Nació en Vitoria en 1875. Maeztu se dedicó sobre todo al ensayismo y al periodismo, actividad manifiesta en sus abundantes artículos. De las ideas socialistas de su juventud fue avanzando hacia una posición promonárquica y defensora del modelo de la España católica y autoritaria. En su libro Defensa de la hispanidad (1934) sostiene que la comunidad con los países americanos ha de ser espiritual, no racial ni geográfica.

En Don Quijote, Don Juan y la Celestina (1926) representa, respectivamente, al amor, el poder y el saber o la verdad, tríada cuya unidad sólo es posible mediante la función organizadora del poder. En una obra más temprana, La crisis del humanismo, de 1920, ya está contenida su defensa del catolicismo y del sistema corporativo como modelo de sociedad. Murió fusilado por el Frente Popular en Aravaca, Madrid, en 1936, al comienzo de la Guerra Civil española.


LA NOVELA NOVECENTISTA

La novela novecentista supone un giro hacia nuevos rumbos narrativos, superada ya la novela noventayochista. Formalmente, el género adopta una técnica narrativa más depurada y compleja en la que la psicología de los personajes y las intervenciones del narrador asumen, de nuevo, un papel preponderante. Los ambientes burgueses y rurales adquieren también un gran protagonismo. Es una novela intelectual, con implicaciones irónicas y líricas en ocasiones. La preocupación por la técnica y el estilo literarios desembocan en la consecución de un lenguaje literario estéticamente magnífico, pleno de expresividad y belleza. Destacamos los siguientes autores:

Gabriel Miró

Su afán de perfección literaria lo condujo a la creación de una novela muy cuidada en todos sus aspectos y caracterizada por su equilibrio y perfección formal. Para ello utilizó una técnica narrativa muy compleja, basada en las connotaciones intelectuales de un lenguaje selecto, en el desarrollo de la psicología de los personajes y en el detalle de las descripciones.

Como en otros novecentistas, la acción deja de ser el elemento fundamental de sus novelas y pasa a ser un soporte para sus espléndidas descripciones y sus deslumbrantes prodigios verbales.

De entre sus primeras novelas destaca Las cerezas del cementerio (1910) que narra un amor apasionado en una sensual atmósfera levantina. Pero sus dos obras maestras son: Nuestro padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), en donde se nos muestran unos ambientes inmovilistas en los que la inocencia, el amor y el anhelo de vivir se estrella contra la intolerancia religiosa.

Ramón Pérez de Ayala

Como novelista, su trayectoria va de un relato autobiográfico de filiación noventayochista a una “novela intelectual” acorde con las tendencias novecentistas. Su trayectoria presenta dos etapas:

-Entre 1907 y 1913 publica varias novelas unidas por la figura del protagonista que es un reflejo del propio autor: destaca A.M.D.G., despiadada sátira del colegio jesuita en el que se dedicó (el título responde al lema de la Compañía de Jesús: Ad Maiorem Dei Gloriam) y siguen dos obras maestras: La pata de la raposa (1912) sobre una torturante ansia de perfección y Troteras y danzaderas (1913) visión de la bohemia literaria de la época, con alusión clara a personajes reales.

-En 1921 se inicia su última etapa. La acción se hace aún más leve y sirve de pretexto para que los personajes encarnen ideas y actitudes vitales o para ensartar disquisiciones sobre estética, moral, psicología, política...La novela, se aproxima, por tanto, al ensayo. Destacan Belarmino y Apolonio, quizás su obra maestra, en donde los protagonistas-dos zapateros-ilustran diversas actitudes ante la vida: la comprensión y la expresión, la meditación y la acción.

Otros novelistas novecentistas

 Wenceslao Fernández Flórez. Es el gran maestro de la novela humorística. Sus primeras novelas como Volvoreta (1917) combinan el sentimentalismo, la ironía y ciertos toques naturistas. Muy distinto es El bosque animado(1943) cuyo protagonista es una fraga o bosque gallego con sus animales, sus árboles, sus viandantes...

 Benjamín Jarnés. Comenzó tardíamente con El profesor inútil (1926), muy al estilo de Azorín, en donde la acción se reduce al mínimo en pro de las reflexiones del protagonista dentro de una línea marcadamente intelectual y con la presencia de un lirismo exquisito. Los mismos rasgos definen Locura y muerte de nadie (1929), su obra maestra, en la que se plantea el sentido de la vida y de la personalidad.



NOVECENTISMO, VANGUARDISMO Y GENERACIÓN DEL 27



Con estos nombres se ha denominado a la segunda generación literaria del siglo XX, conocida también como “Generación del 14” por considerarse este año como su fecha de inicio. Este nuevo grupo literario está formado por una serie de escritores jóvenes e innovadores liderados por Ortega y Gasset, que reniegan del Modernismo y de la Generación del 98 e inician un nuevo proceso de renovación de la literatura española, acorde con las nuevas tendencias europeas.

Esta es también la época de los “ismos” (Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo, Ultraísmo, etc). Por tanto, la difusión de los nuevos principios estéticos vanguardistas viene a coincidir prácticamente en el tiempo con el desarrollo del Novecentismo, con el que la vanguardia comparte muchos rasgos, de modo que es difícil establecer una frontera tajante que separe Novecentismo y Vanguardismo:

Los “ismos” vanguardistas se suceden a un ritmo muy rápido. Muchos afectan por igual a las artes plásticas, al arte escénico o cinematográfico, a las letras, e incluso al pensamiento. Algunos pasan como efímeras modas, otros dejan huella imborrable.

Las características de este nuevo arte son:

 La huida del sentimentalismo (racionalismo). Se persigue el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias, la claridad expositiva, es decir, el intelectualismo.

 Antirromanticismo (abandono del tono apasionado y vehemente). Se rechaza lo sentimental y pasional y, por el contrario, se prefiere lo intelectual.

 Defensa del “arte puro”, deshumanizado. El arte tiene que limitarse a proporcionar placer estético y no ha de ser, por tanto, vehículo de preocupaciones religiosas o políticas ni de emociones privadas,.

 Aristocratismo intelectual o imperativo de selección: la selección es el verdadero espíritu del arte. Esta selección produce, en general, una literatura para minorías: a “la inmensa minoría” como decía Juan Ramón.

 La preocupación por el lenguaje: cuidado del estilo y la huida de lo fácil. Se busca la obra “bien hecha”, “bien meditada”.

Los movimientos de vanguardia en España

La poesía fue el género que más se desarrolló durante el Vanguardismo e incluso sus influencias perduraron en movimientos posteriores como la Generación del 27. Los movimientos poéticos que más influyeron en la poesía española fueron los siguientes:

 El Ultraísmo. Recoge elementos futuristas, aunque debe más al Cubismo de Apollinaire y añade algún eco-puramente técnico-del Dadaísmo. Su principal promotor fue Guillermo de la Torre, que ilustró sus doctrinas con los poemas “visuales” del libro Hélices (1923). Este es un movimiento nacido y desarrollado totalmente en España.

 El Creacionismo. Lo inició en París el chileno Vicente Huidobro. Los creacionistas querían hacer un arte que no imite ni traduzca la realidad. sí, el poeta cultivará el juego de azar de las palabras, creando donde no hay nada. Entre sus seguidores en España figura Juan Larrea y Gerardo Diego.

 El Surrealismo y su presencia en España. Este movimiento no se presenta sólo como una renovación estética sino que pretende ser una renovación integral. Su gran lema sería la frase de Rimbaud “changer la vie” (cambiar la vida). Propugna una liberación total del hombre: liberación de los impulsos reprimidos en el subconsciente por la sociedad burguesa. Se produce también una liberación del lenguaje: aparecen asociaciones libres e inesperadas de palabras, metáforas insólitas, imágenes oníricas y hasta delirantes. España es posiblemente el país europeo en donde la repercusión del Surrealismo fue mayor. La difusión del Surrealismo en España se debe más a Juan Larrea cuyos poemas responden al Surrealismo más puro. Al influjo del Surrealismo se deben también libros como Sobre los ángeles de Alberti,Poeta en Nueva York de Lorca y buena parte de la obra de Aleixandre. Finalmente, gracias al Surrealismo, lo humano e incluso lo social y político penetrarán de nuevo en la literatura.

Juan Larrea

Juan Larrea fue uno de los pioneros de la poesía de vanguardia en España. Se inició en el creacionismo y en el ultraísmo, aunque también destacó en el Surrealismo.

Su obra poética comprende un volumen publicado en México en 1935, Oscuro dominio, y una recopilación exhumada en 1969, Visión celeste, donde expone una visión existencial de la vida, teñida de una particular religiosidad.

Ramón Gómez de la Serna

Su obra se caracteriza por su arrolladora personalidad, hasta tal punto que creó un estilo conocido como el ramonismo, sinónimo de independencia, esteticismo y provocación.

Practicó el madrileñismo, una ligazón especial con esta ciudad de la que le atraía su vida cultural y bohemia y que definió como “Madrid es no tener nada y tenerlo todo”.

Ramón Gómez de la Serna es, por personalidad y obra, el prototipo del escritor vanguardista. Fue uno de los creadores del movimiento en España y un gran conocedor de las vanguardias europeas. Cultivó todos los géneros pero destacó por sus originales “greguerías” que él mismo definió como “metáfora más humor” y aunque no son obras líricas propiamente dichas, sí que están dotadas de un gran lirismo y representan un nuevo estilo de creación poética; son juegos de ingenio al más puro estilo conceptista, en las que alternan el humor, la gravedad, la filosofía y la imaginación.

La Generación del 27

¿Generación o grupo?

El nombre de Generación del 27 se debe al homenaje que realizaron estos escritores a Luis de Góngora, al cumplirse, en 1927, el tricentenario de su muerte.

No obstante, Dámaso Alonso Comprueba que faltan algunos de los requisitos generacionales de Petersen: inexistencia de algún hecho nacional o internacional, ausencia de caudillo o guía, no se alza contra nada ni tampoco hay comunidad de técnicas o de inspiración.Por todo ello, sería más conveniente y exacto utilizar el término de Grupo poético del 27.

La vida del grupo

Los miembros del Grupo poético del 27 mantuvieron relaciones personales muy intensas, que indudablemente se vieron reflejadas en sus producciones literarias. Repasemos los ambientes y las labores en las que coincidieron:

-La Residencia de Estudiantes de Madrid es un privilegiado lugar de encuentro: allí viven algunos de ellos y allí acuden todos atraídos por sus ricas actividades culturales (exposiciones, conferencias...).

-Entre los actos comunes destacan los organizados para celebrar el famoso Centenario de Góngora en 1927.

-Sus nombres se encuentran en las mismas revistas literarias, ante todo en las dos más importantes: la Revista de Occidente y la Gaceta Literaria, pero a ellas habría que añadir otras muchas como Litoral, Verso y prosa, Mediodía, Meseta, Carmen, Cruz y Raya y Caballo verde para la poesía, fundada por Pablo Neruda en 1935.

La estética del 27

Podría afirmarse que, como denominador común, los poetas del 27 se caracterizan por cierta tendencia al equilibrio que logra una original síntesis entre ciertos polos opuestos entre los que se había debatido la poesía española de los últimos lustros:

-Entre lo intelectual y lo sentimental. Se les acusó de intelectualismo, por la influencia vanguardista, pero no falta en ellos la emoción y el más puro sentimiento.

-Entre una concepción casi espiritual de la poesía y una gran preocupación por el estilo.

-Entre la pureza estética y la autenticidad humana.

-Entre lo minoritario y la “inmensa compañía”. Aspecto fundamental de ello es cómo se entretejen lo culto y lo popular.

-Entre lo universal y lo español.

A modo de síntesis, podemos decir que el Grupo poético del 27 es un movimiento innovador que mezcla armoniosamente:

-La tradición con la renovación

-El popularismo con la poesía pura

-La expresión sencilla con el lenguaje culto

-La métrica tradicional con el verso libre.

Tradición y renovación. Influencias

El grupo poético del 27 recibe muchas influencias tanto de la rica tradición poética española como de los movimientos literarios europeos más modernos.

En la Generación del 27 se produce un encuentro entre ciertos principios de las vanguardias literarias y la poesía española clásica, desde la lírica popular, Gonzalo de Berceo o Gil Vicente, hasta poetas barrocos.

Evolución conjunta. Etapas

Podrían señalarse hasta tres momentos diferentes:

1) Etapa de juventud, hasta 1927, aproximadamente. Se aprecia la influencia vanguardista en busca de la poesía pura que se trasluce en el uso de la metáfora. Sin embargo, no todo es deshumanización: lo humano había entrado ya por el camino de la lírica popular (Libro de poemas de Lorca, 1921 o Marinero en Tierra de Alberti, 1924).

2) De 1927 a la guerra civil. En esta etapa culmina el proceso de rehumanización de la poesía ya iniciado en la etapa inicial. Es entonces cuando se produce la irrupción del Surrealismo y comienza ahora una época de poesía trascendente, humana y apasionada. Las circunstancias históricas aportan también nuevas inquietudes a las que los poetas del grupo no pueden escapar: los acentos sociales y políticos. De forma más o menos activa, todos se muestran partidarios de la República al estallar la guerra.

3) Después de la guerra. Lorca muere en 1936 y los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten para un largo exilio que no tendrá fin. El grupo poético del 27 se dispersa y cada cual sigue su rumbo poético pero ninguno abandonará ya los caminos de una poesía humana, cada vez más humana.

En el exilio los temas son el dolor del hombre, incluso hay imprecaciones contra los vencedores pero la nota dominante en la mayoría será la nostalgia de la patria perdida, el desarraigo.

En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales, cuya máxima expresión es Hijos de la ira, de Dámaso Alonso (1944).

Innovaciones métricas

Junto a formas clásicas o de tipo tradicional, los poetas del grupo desarrollaron ampliamente el verso libre o versículo. En el verso libre, el ritmo se basa en la reiteración de ideas, de palabras, de estructuras sintácticas (paralelismos, anáforas...)

Poetas de la generación del 27

En este apartado estudiaremos los poetas más señalados de la Generación del 27 pues poseen una trayectoria poética más rica y profunda e, indudablemente, son los más conocidos internacionalmente.

Federico García Lorca

Sus primeros poemas quedaron recogidos en Libro de poemas, de 1921, una antología que tiene grandes logros. En 1922 organizó con el compositor Manuel de Falla, el primer festival de cante jondo, y ese mismo año escribió precisamente el Poema del cante jondo, aunque no lo publicaría hasta 1931. El Primer romancero gitano, de 1928, es un ejemplo genial de poesía compuesta a partir de materiales populares, y ofrece una Andalucía de carácter mítico por medio de unas metáforas deslumbrantes y unos símbolos como la luna, los colores, los caballos, el agua, o los peces, destinados a transmitir sensaciones donde el amor y la muerte destacan con fuerza.

Tras los Poemas en prosa, escribió en Nueva York un gran ciclo profético y metafísico en el que el autor apuesta por los oprimidos, sin dejar de sacar a relucir sus obsesiones íntimas. El ciclo iba a constar de dos libros, Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, pero que no se publicó hasta 1940, y Tierra y Luna, del que algunos poemas fueron incluidos en Diván del Tamarit, concluido en 1934, aunque también se publicó póstumamente.

Por su parte, los incompletos Sonetos del amor oscuro, escritos durante una temporada en Nueva Inglaterra (Estados Unidos), expresan una desesperación más personal y constituyen unas muestras admirables de erotismo, que sólo recientemente han sido dadas a conocer.

Otro importante poema de Lorca, dentro de la línea del neopopulismo, es el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de 1935, una elegía compuesta al morir ese torero intelectual, amigo de muchos de los poetas de la generación de Lorca. Mientras que los Seis poemas galegos, del mismo año, consiguen trascender las referencias populares evidentes.

Sus temas favoritos son: el amor, presentado en un sentido cósmico y pansexualista, la esterilidad, la infancia y la muerte como motivos fundamentales.

Rafael Alberti

En 1924 se le concedió el Premio Nacional de Literatura por el primer libro que publicó, Marinero en tierra.

En 1929, tuvo lugar un cambio importante en su poesía, cuando publicó Cal y canto, influido por Luis de Góngora y el ultraísmo. También de ese mismo año es Sobre los ángeles. Considerada su obra maestra, es una alegoría surrealista en la que los ángeles representan fuerzas dentro del mundo real. Producto de una intensa crisis personal relacionada con lo que el propio poeta califica de “amor imposible” y los “celos más rabiosos”, contiene imágenes que suponen altas cumbres poéticas. Sus tonos apocalípticos se prolongaron en Sermones y moradas (1930).

Posteriormente se afilió al Partido Comunista español, y publicó, hasta 1937, un conjunto de libros que el autor denominó El poeta en la calle, aparecidos conjuntamente en 1938. También de la misma época son sus obras de teatro, entre las que destaca Fermín Galán (1931).

Pedro Salinas

Publicó su primer libro de poemas, Presagios (1924. Siguieron Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931) dentro de una línea de indagación interna en la que, sin embargo, aparecen frecuentes referencias al cine, los automóviles y otros objetos del mundo cotidiano del poeta. La voz a ti debida (1933), título tomado de un verso de Garcilaso de la Vega, para la crítica supone la obra capital de Salinas, con una intensa profundización de la experiencia amorosa. Razón de amor (1936) es un libro poseído de pasión e inquietud, aunque más pegado a la tierra que el anterior. La trilogía, que según algunos especialistas le convierte en el mejor autor español de la llamada poesía pura y uno de los líricos con mayor sutileza en los matices, viene cerrada con Largo lamento (1939), tal vez menos completo que los otros dos, pero con momentos de gran altura.

Después de su exilio, y tras reunir toda su obra anterior en el volumen Poesía junta (1942), publica El contemplado (1946) y Todo más claro (y otros poemas) (1949).

Pedro Salinas ha sido considerado como el poeta del amor de la Generación del 27. Su poesía se caracteriza por la sinceridad en la expresión del tema del amor y por su sencillez formal, que no conceptual. Algunos críticos han visto en él un nuevo resurgimiento del Romanticismo becqueriano y una vuelta al conceptismo amoroso barroco debido a la densidad conceptual que atesora su poesía.

Luis Cernuda

Su primera obra, Perfil del aire (1927), estaba en la línea de la poesía pura. De su estancia en Francia surgió Un río, un amor (1929), influido por el surrealismo. Donde habite el olvido (1934) es un libro desgarrador por la sinceridad con la que aborda el fracaso amoroso. Desde 1936 agrupa toda la poesía que va produciendo bajo el título La realidad y el deseo, al que va añadiendo poemas.

Cernuda también se centró en el tema del amor, aunque le añadió un componente existencialista, provocado por el desengaño resultante del enfrentamiento entre la realidad frustrante y el deseo del poeta. Por ello, su poesía está impregnada de un fuerte tono pasional que refleja, con gran sinceridad, todas sus inquietudes, fracasos y anhelos amorosos. Un sentimiento escéptico y pesimista domina su obra.

Vicente Aleixandre

Considerado el gran autor español de la poesía pura, el primer libro que publicó fue Ámbito, de 1928, donde muestra interés por la naturaleza y ofrece el conocimiento que posibilita la pasión. En los siguientes, Espadas como labios, de 1932, y Pasión de la tierra, de 1935, incorpora plenamente el surrealismo a la poesía castellana, y el poeta aparece como el que transmite los mensajes del cosmos.

En Sombra del paraíso, de 1944, la naturaleza, asunto fundamental en su poesía hasta entonces, se tiñe con tonos elegíacos al cantar el mundo que había perdido el poeta debido a la Guerra Civil española.

Historia del corazón, de 1954, supuso el inicio de lo que el propio Aleixandre consideró un nuevo ciclo en el que, según sus propias palabras: “expresaba la difícil vida humana, su quehacer valiente y doloroso”. El poeta vuelve a contemplar la realidad, no desde el punto de vista del cosmos, sino del hombre histórico.

La obra de Vicente Aleixandre está marcada por un fuerte tono existencialista e intimista adornado con una fuerte pasión emocional. El Surrealismo influyó directamente en su obra creando un lenguaje muy sugerente, en el que las imágenes y metáforas visionarias juegan un papel muy importante.

Gerardo Diego

Su poesía, caracterizada por una fecunda variedad, suele dividirse en dos tendencias: una que sigue los derroteros de la tradición, y otra que le hace ser un avanzado vanguardista.

Su obra adquiere un carácter unitario superando esas diferencias formales entre poesía de “creación” y poesía de “expresión”, entre la poesía tradicional y la vanguardista.

Dentro de la poesía “de expresión” destacan libros como Versos humanos (1925), donde se advierte una influencia simbolista. Otra obra importante dentro de esta tendencia es Alondra de la verdad (1941).

La crítica, sin embargo, considera que la mayor importancia histórica de Gerardo Diego reside en su obra vanguardista, que inicia desde muy joven y se prolonga durante toda su vida: Manual de espumas (1924), Fábula de Equis y Zeda (1932.

La poesía de Gerardo Diego es esencialmente tradicional, aunque en su juventud se sumó también a los movimientos de vanguardia, que le influenciaron posteriormente, y sencilla en cuanto a la forma. Un fuerte lirismo domina toda su producción, como podemos observar en este conocido poema:

Jorge Guillén

La obra de Jorge Guillén se caracteriza por su gran preocupación formal y se divide en tres períodos:

Cántico, uno de sus libros más importantes. Constituye una afirmación de vitalismo, un cántico a la creación, al goce de existir, a la armonía del universo.

El segundo periodo en que suele dividirse la obra poética de Guillén, viene constituido por Clamor, con sus tres volúmenes: Maremágnum (1957), Que van a dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963).

En Homenaje (1967), que constituye el tercer periodo de su obra, Guillén realiza una síntesis magistral de las dos tendencias previas, con una poesía pura pero llena de referentes concretos.

Jorge Guillén es un poeta profundamente vitalista. Su poesía afronta con optimismo la realidad vital que le rodea. Cántico es una obra cargada de ilusión y esperanza ante la vida, como demuestra este fragmento:

PREPARACIÓN DE OPOSICIONES ON-LINE

TODOS AQUELLOS OPOSITORES DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA ENCONTRARÁN EN EL SIGUIENTE BLOG TODO LO NECESARIO PARA LA PREPARACIÓN DE OPOSICIONES A CUERPOS DOCENTES EN LA ESPECIALIDAD DE LENGUA Y LITERATURA CASTELLANA.
SE OFRECE TEMARIO, PREPARACIÓN DE LA FASE PRÁCTICA Y UNA AMPLIA OFERTA DE MATERIALES DIDÁCTICOS.
LA PREPARACIÓN ON-LINE ES UNA OPCIÓN MUY INTERESANTE PUES PERMITE REALIZAR EL APRENDIZAJE SIN MOLESTOS DESPLAZAMIENTOS Y REQUIERE BASTANTE MENOS TIEMPO DE ESTUDIO.
EL CITADO BLOG ES EL SIGUIENTE:


ESPERO QUE OS INTERESE...

martes, 24 de abril de 2012

LIBRO DE COMENTARIO DE TEXTOS: EL COMENTARIO DE TEXTOS: MÉTODO, TÉCNICAS Y RECURSOS




OS DEJO EL ENLACE PARA VER UN MATERIAL MÍO MUY ÚTIL PARA REALIZAR TODO TIPO DE PRÁCTICAS Y SUPUESTOS DE COMENTARIO DE TEXTOS QUE HA SIDO PUBLICADO RECIENTEMENTE POR LA EDITORIAL MAD.



EN EL LIBRO ENCONTRARÉIS EL SOPORTE TEÓRICO NECESARIO PARA REALIZAR EL COMENTARIO DE TEXTOS, UN MODELO RESUELTO DE CADA CLASE DE COMENTARIO Y 80 SUPUESTOS RESUELTOS DE COMENTARIO DE TEXTOS (LITERARIOS, CIENTÍFICOS, HUMANÍSTICOS, PERIODÍSTICOS, ETC.)



ENLACE:

http://www.mad.es/CUERPO-DE-PROFESORES-DE-ENSENANZA-SECUNDARIA-LENGUA-CASTELLANA-Y-LITERATURA-EL-COMENTARIO-DE-TEXTOS-METODO-TECNICAS-Y-RECURSOS-isbn-9788467680362